jueves, 21 de junio de 2012

Caso clínico: comprensión medular

- Reseña: Hembra de Collie, 9 años de edad.

- Descripción: Paciente referida a nuestro centro por parálisis aguda del tercio posterior. No existían signos neurológicos previos al inicio del proceso y la parálisis se desarrolló en un periodo de 24 horas. En la exploración neurológica observamos la presencia de signos de motoneurona superior en miembros pélvicos, sensibilidad profunda presente, leve hiperestesia en zona lumbar y reflejo panicular que desaparece alrededor de la 1ª-2ª vértebra lumbar. Los miembros delanteros no muestran signos neurológicos. El estudio del líquido cefalorraquídeo fue normal. La mielografía lumbar se muestra en la imagen.

- Diagnóstico: 1.Compresión medular extradural a nivel del cuerpo vertebral de la tercera vértebra lumbar.

Las causas de las imágenes compresivas extradurales son extrusiones o protusiones discales, anormalidades congénitas, neoplasias (vertebral o tejidos blandos, primarios o metástasis), osteomielitis vertebral, discoespondilitis o trauma (hernia discal traumática, fragmentos de hueso o hemorragias). En el caso que nos ocupa, debemos observar que la compresión se encuentra justo en el centro del cuerpo vertebral de la tercera vertebra lumbar, que no existe estrechamiento del espacio intervertebral y además que se trata de un paciente no condrodistrófico y de edad avanzada, por lo que la hernia discal debe ser, a priori, descartada. No existen evidencias radiológicas de discoespondilitis, osteomielitis vertebral ni historia de traumatismo. La compresión puede estar producida por una neoplasia en el espacio extradural del canal medular.

Las compresiones medulares pueden ser tratadas médica o quirúrgicamente. En líneas generales, cuando los signos neurológicos son graves (parálisis) la indicación es quirúrgica. Aunque podemos intentar realizar una citología por punción y aspiración a través de la lámina, el diagnóstico completo se realiza tomando una biopsia del tejido implicado, aprovechando para retirar la mayor cantidad posible. En estas circunstancias, la completa descompresión no debe ser tomada como solución definitiva para la mayoría de los tumores espinales.

El tratamiento de este tipo de procesos generalmente ofrece una remisión temporal pero con una calidad de vida aceptable. En el caso de los linfomas, pueden conseguirse remisiones a más largo plazo en perros, no así en gatos debido al carácter multifocal de algunos de ellos y de la posibilidad de desarrollo de procesos sistémicos relacionados con el virus de la leucemia felina.

Finalmente la paciente fue intervenida quirúrgicamente realizando minihemilaminectomía y confirmando mediante histopatología que se trataba de un hemangiosarcoma. La recuperación se produjo en un corto espacio de tiempo (una semana) y la búsqueda de un posible tumor primario no fue posible. La paciente disfrutó de una buena calidad de vida durante aproximadamente mes y medio hasta que falleció a causa del tumor. En la necropsia se confirmó la presencia de un tumor primario abdominal en la base del riñón izquierdo.


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