Caso clínico en cirugía
Os presentamos a Kika y a Agrado, ambas intervenidas el pasado mes en nuestro hospital.
Os presentamos a Kika y a Agrado, ambas intervenidas el pasado mes en nuestro hospital.
Kika, perrita de raza Griffon de 14 años de edad, acudió a nuestro centro con vómitos esporádicos desde hacía ya un mes, depresión y un episodio de desvanecimiento. La exploración física resulto ser normal, a excepción de molestia a la palpación de la zona craneal del abdomen. Se realizó una ecografía en la que vimos una masa en hígado.
Kika se preparó para cirugía, haciendo unas analíticas sanguíneas completas, en las que no se observan alteraciones relevantes. Radiografías torácicas sin evidencia de metástasis.
En el proceso quirúrgico se extrajo un nódulo quístico en el lóbulo medial derecho del hígado, que se mando a laboratorio para su análisis. Por suerte resulto ser un colangioma quístico, neoplasia benigna
Nuestra otra paciente se llama Agrado, mestiza de 12 años de edad. Vino remitida a nuestro centro para extirpar un nódulo de aproximadamente 8 cm de diámetro localizado en el lóbulo caudado hepático, visto en ecografía.
En las analíticas previas vimos que tenía una leve anemia, pero el resto de los parámetros normales. En las radiografías torácicas no había evidencia de metástasis. Se procedió a la extirpación completa del lóbulo caudado. La masa se encontraba omentalizada y adherida a la curvatura mayor del estómago.
Se mandaron muestras a histopatología, recibiendo buenas noticias, ya que se trataba de un adenoma hepatocelular, neoplasia benigna con pronóstico favorable tras su extirpación
Agrado estuvo hospitalizada 48 horas tras las cuales se le dio el alta debido a su buena evolución, ya que incluso comenzó a comer pequeñas cantidades.
Las dos perritas evolucionan de forma favorable en sus casas, totalmente recuperadas de las intervenciones.
Si bien las neoplasias más frecuentes en hígado provienen de metástasis, principalmente de tumores primarios en bazo, páncreas y sistema gastrointestinal, también hay que tener en cuenta los tumores hepáticos primarios. Cuando estamos ante un paciente en el que se descubre una masa en hígado, debemos tener en cuenta que no siempre el pronóstico es malo, sino que este depende de la histología y la morfología (pueden ser masas únicas o presentarse difuminadas por varios lóbulos hepáticos). Es necesario realizar un examen médico exhaustivo en busca de tumores primarios en otras localizaciones, y siempre tomar muestras para el análisis histopatológico. El pronóstico en perros es bueno para el carcinoma heptaocelular único (tumor maligno) y tumores benignos, ya que es posible la resección quirúrgica y presentan un comportamiento relativamente no agresivo.
Cuando el diagnóstico de la enfermedad de nuestra mascota va acompañado de la palabra “tumor” es normal adoptar una actitud fatalista, más aun si se trata de animales geriátricos. Sin embargo, viendo estos casos y su evolución podemos decir que no siempre hay que perder la esperanza, y tenemos la posibilidad de tomar caminos en los que no hay un punto y final, sino un tratamiento que nos da la posibilidad de poner un punto y seguido para poder continuar escribiendo la historia de nuestro fiel compañero.