jueves, 16 de agosto de 2012

Anestesia: preguntas frecuentes


¿Por qué debe ser anestesiado su animal?

Además de las intervenciones quirúrgicas, hay una serie de procedimientos que necesitan una tranquilización o una anestesia general: es necesaria la inmovilidad durante un tiempo determinado para procedimientos que no serían tolerados por el animal si estuviera despierto o intranquilo.

¿El paciente sufre dolor?  
Se emplean diversos medios para evitar cualquier sufrimiento del animal, como la administración de medicamentos analgésicos. Esto es en la mayoría de los casos suficiente, pero en ciertos procedimientos se pueden combinar con anestesia loco-regional realizada antes de la intervención quirúrgica para asegurar el confort óptimo.

¿Para qué sirve la consulta preanestésica?

Toda anestesia o tranquilización necesita una exploración previa durante la cual pueden realizar todo tipo de preguntas. La elección del tipo de anestesia se determinará en función del tipo de cirugía, el estado de salud y el resultado de los exámenes complementarios.

¿Cómo es la preparación para una anestesia?
Los pacientes deben permanecer en ayuno de comida durante al menos 8 – 12 horas antes del procedimiento. Tras revisar las constantes vitales del paciente, se realizan las pruebas preanestésicas necesarias en cada caso como son análisis sanguíneos y de orina, electrocardiograma o radigrafías para reducir el riesgo anestésico en la medida de lo posible. Se instaura fluidoterapia y seguidamente se procede a la sedación y anestesia del paciente mediante un equipo de anestesia inhalatoria.

¿Cuáles son los riesgos anestésicos?

Todo acto anestésico conlleva un riesgo. Este riesgo depende tanto del estado de salud del animal como del proceso médico y/o quirúrgico por el que se produce el acto anestésico. Este riesgo se clasifica en una escala del 1 (leve) al 5 (muy elevado). Algunos animales muy nerviosos o agresivos, así como la conformación de algunas razas, pueden aumentar el riesgo anestésico.

Las complicaciones imprevisibles pueden poner en riesgo la vida del animal, como una parada cardíaca o una alergia a cualquier fármaco o excipiente sin que exista negligencia por parte del anestesista. La existencia de estos riesgos debe ser entendida y aceptada por los propietarios.

Después de la cirugía su animal puede presentar zonas rasuradas que permiten la visualización y el acceso limpio a las venas por las que se inyecta el fármaco anestésico. Un tubo se introduce en la traquea para facilitar la respiración y administración de los vapores anestésicos. Esto puede dar lugar a una tos temporal algunos días después de la anestesia. La recuperación debe ser en un lugar en silencio, templado y en reposo, recomendando siempre la hospitalización de la primera noche para un mayor control de sus constantes vitales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario